Universidad Nacional de Avellaneda
En estos días en que la Universidad se apresta a cumplir su primer lustro de existencia, nos detuvimos a reflexionar respecto de nuestros orígenes. Desde aquellos primeros intentos en las décadas del ochenta y del noventa, hasta la conformación del Proyecto que habría de sustentar la sanción de la ley 26543; la aprobación, luego, del Proyecto Institucional Universitario; el comienzo de los primeros ciclos lectivos; la construcción de las sedes; el funcionamiento de las diferentes secretarías y áreas; en fin: el proceso de normalización y consolidación de nuestra Casa a lo largo de estos primeros años de vida. Como todo ensayo de balance, también el nuestro concentraba todas las dimensiones temporales: el pasado, el presente y el futuro.
El querido Luis Fogliazza, primer Secretario Académico que tuvo nuestra Universidad, trabajó a destajo para construir una estructura académica sólida, con la sapiencia de una experiencia amasada durante años de gestión institucional y, al mismo tiempo, imbuido del joven espíritu fundacional con el que fuimos haciendo cierto el sueño de ofrecer, a la ciudad de Avellaneda y al sistema todo, una Universidad digna de las mejores tradiciones que, al mismo tiempo, se erigiera orgullosa como una de las nuevas y buenas Universidades del Bicentenario.
Es cierto que la muerte turba los sentidos, convoca los duendes de lo no dicho, empuja la incomprensión, atiza la tristeza. Así nos sentimos ahora y, sin embargo, no podemos perder de vista la importancia fundamental del legado de mujeres y hombres que, desde los primeros pasos, contribuyeron a definir rumbos, trazar perfiles, cimentar identidades. Luis fue uno de nuestros fundadores, un constructor generoso y apasionado y, sin duda alguna, un hombre fundamental de nuestra fundación.
La Universidad, en su Primera Colación de Grados, distinguió al querido Luis por ese aporte decisivo, en un momento de gran significación para nuestra vida institucional. Aun cuando ahora sabe a poco, nos conmueve haberlo estrechado en un abrazo hecho de amistad, pasiones compartidas y reconocimiento profesional.
Queremos transmitir nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos, a su hijo Luis, nuestro compañero, y convocar a la comunidad universitaria a rendirle el homenaje del respeto y del recuerdo que Luis Fogliazza se merece.
Ing. Jorge Calzoni
Publicada el 7-10-2015
